Durante casi tres años anoté diariamente la experiencia de despertar con quien amo. Hay quienes por la mañana escriben sus sueños. Yo tomé nota minuciosamente de nuestros despertares. Exploración de un estado intermedio entre la vigilia y el sueño. Exactamente como lo es el insomnio pero en el otro extremo de la noche. Ambos estados igualmente delirantes, inciertos, propicios para ser conocidos y contados con los instrumentos de precisión de la poesía.
Esta "composición del despertar", el libro entero, es una exploración de ese instante en el que los amantes cruzan un umbral, hacen los rituales que dan sentido a la vida y descubren la naturaleza plural del cuerpo y los rostros múltiples de la luz que, en ella, los ha transformado. Esas son las cuatro secciones principales del libro: UMBRALES, CONJUROS, CUERPOS, LUZ. Cada sección incluye doce poemas.
El poema de José Ángel Valente que cito al abrir el libro, y al comenzar este blog, nos hace ver al amanecer en la luz del colibrí, el instante ritual de esa metamorfosis de los cómplices. Como el colibrí que toma algo de la naturaleza de la flor y luego ella al despertar aletea, los amantes son otros cada día.
Esta "composición del despertar", el libro entero, es una exploración de ese instante en el que los amantes cruzan un umbral, hacen los rituales que dan sentido a la vida y descubren la naturaleza plural del cuerpo y los rostros múltiples de la luz que, en ella, los ha transformado. Esas son las cuatro secciones principales del libro: UMBRALES, CONJUROS, CUERPOS, LUZ. Cada sección incluye doce poemas.
El poema de José Ángel Valente que cito al abrir el libro, y al comenzar este blog, nos hace ver al amanecer en la luz del colibrí, el instante ritual de esa metamorfosis de los cómplices. Como el colibrí que toma algo de la naturaleza de la flor y luego ella al despertar aletea, los amantes son otros cada día.